Empezar con una confesión: “Os voy a decir la verdad: los cuentos son mentira”. Para, acto seguido, explicar el quid de la cuestión: “Pero están llenos de verdades gordas. Sólo gracias a este precioso envoltorio de mentira, logramos mirar de frente esas verdades incómodas”. Ana García Castellano, escritora y narradora oral, comienza a corazón descubierto. Usando la ficción como potenciador del sabor de la realidad. Ya lo dice Martín Valmaseda en el prólogo de un libro de esta autora y contadora madrileña: «Agarras las palabras y las tiras al aire; las haces bailar, las cambias por otras, las juntas y las separas. Ana va «in crecendo» durante su espectáculo para público adulto. Redescubre sentidos, juega y teje verdades a partir de ficciones. La historia de Maridudas Quiénsabe, que padece “inanición decisoria” y es capaz de sacar de quicio a la mismísima muerte. Un relato de acción protagonizado por nuestra digestión y nuestras vísceras, revolucionadas por la contención de un gas. Y un romance final entre un punto y una línea que se quieren hasta el infinito. Varios de sus cuentos se recopilan en Amores Puntuales, un libro distribuido por el proyecto editorial Sentido Sur. Los beneficios que genera su distribución (precio: la voluntad) financian los proyectos que gestiona la asociación ‘Como tú, como yo’ en Centroamérica y Ucrania. En la Sala Librada se agotaron los volúmenes que trajo la narradora, pero es posible hacer pedidos en www.comotucomoyo.org y www.anag-castellano.com