Y va Ramón Trigo y se trae a Lanzarote la palabra pintada, que se dice pronto, como regalazo de cumpleaños por la décima edición de Palabras al Vuelo.
Bien saben las huestes seguidoras de este tapiz de cuentos contados que no llega una edición sin que las ilustraciones se abran paso en el programa, con el cartel anunciador como estandarte, reivindicando su papel en las historias de todos los tiempos. Y aunque juglares, bardos y oradoras dominan la secular sabiduría de hacer de sus cuerpos y rostros el lienzo donde proyectar emociones y dar carnalidad a los relatos, cómo no caer rendidas ante la pincelada breve y el colorinchi encendido que han catalizado el afán lector de todas las infancias.
Precisamente, ha sido el ilustrador, pintor y escultor gallego, creador del póster del festival primigenio, allá por el año 2013, el llamado a compartir una década después su experiencia en la narración visual. Y lo ha hecho a través de uno de sus proyectos más recientes: la traducción al lenguaje gráfico de su obra favorita, La Isla del Tesoro.
A la vista de la colección de imágenes de su particular versión del clásico de la literatura universal, que el autor desvela como quien abre un cofre escondido, se nos hace que el señor Robert Louis Stevenson reconocería cada personaje en la exquisita traducción, como cada objeto y sentimiento recogidos en su magna aventura.
Contar sin palabras no es tarea fácil. Y menos si te enfrentas al reto de desgranar un viaje a tierras lejanas, allende los mares, recuperando a través de estampas surrealistas los estímulos, los colores, los sabores, los paisajes… Y sin embargo, todo está en la maqueta de Laberinto, diario de viaje de un artista ectomorfo, la otra propuesta que ha traído el vigués en la mochila.
La exposición de un Ramón cercano, abierto en canal y enormemente generoso al dar luz a los rincones de su proceso creativo, es recogida por un público-alumnado ávido de conocimiento, que anota e ilustra, cerrando el círculo perfecto de lo contado y lo dibujado.
Sus consejos alientan a pintores de veteranía demostrada y a aspirantes a formar parte del gremio de la ilustración desde una isla más fotografiada que contada. El relato de sus comienzos, casi en volandas de la casualidad, sus primeros trabajos y su evolución hasta el día de hoy, componen un camino de esfuerzo y vocación, de reconocimiento y progreso personal y artístico.
¿Qué imaginamos tras el ojo de la cerradura? El punto de partida es siempre la ilusión, la improvisación y el impulso creador, la rienda suelta al lápiz que vuela sobre el papel… Trigo dibuja mares que rebosan la cuartilla y laberintos hechos de poesía, invita con voz mansa a dejarse llevar, y asegura, en el transcurso del taller contArte, que el libro gráfico es un objeto artístico que habla sin palabras.
Pura magia.
Myriam Ybot
Noviembre 2022
Fotografías: David GP